¿Cómo influyó el antisemitismo?

¿Cómo influyó el antisemitismo?

En el libro «La Argentina fascista. Los orígenes ideológicos de la dictadura», el historiador Federico Finchelstein señala:

“…, con la dictadura, la ideología nacionalista se convirtió en aparato de Estado y la ley en su instrumento. La violencia política de la dictadura no fue tanto un reflejo de las preocupaciones francesas o estadounidenses por la seguridad nacional, que le daban un renovado marco internacional a la dictadura e incluso la legitimaban, sino el producto de una genealogía histórica del nacionalismo fascista argentino.”

Ese nacionalismo tuvo al antisemitismo como uno de sus pilares discursivos y, ocasionalmente, como una práctica que acusó y persiguió a los judíos en diversos trayectos de la historia de nuestro país.

Si bien fue durante la primera mitad del siglo XX cuando se instaló la convicción de la existencia de una “cuestión judía” en la Argentina, pueden encontrarse algunos antecedentes a fines de siglo XIX.

Literatura argentina antisemita hacia fines del siglo XIX

Fue la novela La Bolsa, de Julián Martel, la que materializó los primeros sentidos peyorativos sobre la presencia judía en el país. Publicado por primera vez como folletín en las páginas del diario La Nación, entre agosto y octubre de 1891, la obra se proponía una ficcionalización de los avatares de la crisis económica acaecida durante ese mismo año. El antisemitismo estaba presente en toda la obra a través de manifestaciones de repugnancia hacia la constitución física y moral de los judíos. El capítulo “Más negocios, los judíos invasores y un can-can oportuno”, que revela la trama central de la obra, sostiene que la Argentina era víctima de la secular conspiración semítica: allí los judíos controlan las finanzas y la prensa, influyen en el poder político y son capaces de corromper a las elites de profesionales y dirigentes.

Una de las particularidades de la novela de Martel es que crea un sentido despectivo en torno a lo judío al mismo tiempo que los primeros grandes contingentes de judíos están arribando al país. En este sentido, la migración judía y el antisemitismo son contemporáneos en la Argentina.

Semana Trágica en Once y Villa Crespo (1919)

A poco de andar, el siglo XX inauguraba una masacre en las calles de Once y de Villa Crespo: la “Semana Trágica”. Esta contaba entre sus víctimas dilectas a los “rusos”, es decir, los judíos. Once, el mismo barrio, y en gran parte las mismas víctimas que cerrarían aquella centuria con el atentado a la sede de la AMIA.

Aquella represión se desencadenó a partir de un conflicto gremial en los talleres metalúrgicos de Pedro Vasena, situados en la zona de Pompeya y Parque Patricios. El 7 de enero de 1919, tras llevar más de un mes en huelga, la policía cargó violentamente contra los trabajadores y mató a cuatro e hirió a más de treinta. La acción fue inmediatamente repudiada y desató la solidaridad de obreros y organizaciones sindicales que hasta ese momento no habían estado implicados en dicho conflicto. Se llamó a una huelga general para el 9 de enero, día pautado para llevar a cabo el cortejo fúnebre que trasladaría a las víctimas hacia el Cementerio de la Chacarita. Aquel 9 de enero se produjeron una serie de enfrentamientos violentos entre la columna de manifestantes, la policía y el ejército, que provocaron una verdadera masacre y una extensión del conflicto. Al día siguiente, el Ejército ocupó la ciudad y las actividades cesaron por completo.

En ese contexto  se desarrolló la persecución a la población judía de la ciudad, en especial, por parte de grupos de civiles armados denominados “Guardias Blancas”. Las acciones represivas continuaron hasta el día 16, cuando el Ejército abandonó la ciudad y regresó a sus cuarteles.

Se considera que la “Semana Trágica” fue una de las mayores matanzas llevadas a cabo por fuerzas de seguridad y civiles en el transcurso del siglo pasado y, a su vez, que las violentas expresiones del antisemitismo constituyeron el primer pogrom en nuestro país. Para los sectores de trabajadores judíos existía la certeza de que lo que había ocurrido aquel enero había sido un pogrom pasible de ser hermanado a cualquier otro de su mismo calibre en Europa del Este.

Como relataba José Mendelsohn en Di Idische Tzaitung:

“Pamplinas son todos los pogroms europeos al lado de lo que hicieron con ancianos judíos las bandas civiles en la calle, en las comisarías 7ª y 9ª, y en el Departamento de Policía. Jinetes arrastraban viejos judíos desnudos por las calles de Buenos Aires, les tiraban de las barbas, de sus grises y encanecidas barbas, y cuando ya no podían correr al ritmo de los caballos, su piel se desgarraba raspando contra los adoquines, mientras los sables y los látigos de los hombres de a caballo caían y golpeaban intermitentemente sobre sus cuerpos”.

(Di Idische Tzaitung, 10 de enero de 1919. Citado por H. Schiller, El primer “pogrom”, Página 12, 3 de enero de 1999, pp. 16-17.)

El discurso nacionalista articuló una “teoría del complot” que permitió concentrar en un mismo discurso la figura de un enemigo particular- los judíos-, los ataques a la democracia liberal y la denuncia del peligro comunista tanto como del imperialismo inglés.

Los efectos de estos discursos en torno a la movilización de masas se demostraron limitados, pero su empleo recurrente y las obras políticas y literarias que inspiraron su uso en discursos políticos y como arma electoral, el hecho de que hayan circulado en las Fuerzas Armadas, y sobre todo, las prácticas violentas que provocaron, demuestran que su influencia distó de ser marginal.

Diario Acto Nazi Luna Park

Acto filonazi en Buenos Aires, Argentina (10 de abril de 1938)

El 12 de marzo de 1938, Alemania nazi anexionó Austria. La entrada de las tropas alemanas en ese país fue festejada por el III Reich con ahínco. Los festejos transcendieron las fronteras alemanas y llegaron a la Argentina.

El periódico de lengua alemana Deutsche La Plata Zeitung que se editaba en la Argentina era la publicación en esta lengua con mayor tirada en América del Sur. Llegó a tener 120 empleados en su mejor momento.

El 11 de abril se publicó la siguiente tapa: “Veinte mil compatriotas festejan la anexión a la Gran Alemania en el Luna Park», acto que había sido previamente publicitado.

Efectivamente, esta anexión se festejó  con la asistencia de 20.000 personas. Se realizó un gran despliegue de banderas argentinas y emblemas del Tercer Reich con cruces esvásticas y estandartes, en el que fue el mayor acto celebrado por el nazismo fuera de las fronteras alemanas en toda su historia.

Caso Eichmann (1960)

Las décadas posteriores marcarían un nuevo jalón en el uso y las prácticas antisemitas por parte de las organizaciones nacionalistas. Uno de los momentos álgidos de la tensión con estas organizaciones tuvo lugar tras la captura del criminal de guerra nazi, Adolf Eichman. El 11 de mayo de 1960, este fue secuestrado en la localidad bonaerense de San Fernando y luego trasladado hacia Israel. Poco tiempo después, durante 1961, Eichmann fue juzgado en Beth Ha´am, Casa del Pueblo, en Jerusalén, donde se lo condenó a la pena máxima, que fue ejecutada el 31 de mayo de 1962.

A propósito de esta captura, la comunidad judía argentina quedó en el centro de una ofensiva nacionalista y una ola de terror antisemita aunadas en un intento de cuestionar la lealtad de los judíos hacia la República Argentina. La punta de lanza fue el Movimiento Nacionalista Tacuara, quienes convirtieron a los judíos en chivo emisario al que le atribuían toda la responsabilidad por las miserias contemporáneas. Estos grupos  contaban con el apoyo de sectores de la Iglesia, como el padre Julio Meinvielle y el cardenal primado Antonio Caggiano, y de la Liga Árabe en Buenos Aires, representada en la figura de Hussein Triki. A su vez, en algunas oportunidades era notoria la inacción de las esferas estatales ante los reclamos desde sectores institucionales de la comunidad judía.

Durante aquellos días se hicieron comunes las noticias periodísticas sobre altercados antisemitas que llegaron, en muchas oportunidades, a casos de violencia física. Los incidentes más significativos fueron los atentados sufridos por Edgardo Trilnik, herido con arma de fuego durante una ceremonia escolar en el Colegio Nacional Sarmiento (1960), el de Graciela Sirota, estudiante que fue secuestrada y torturada (se le tatuó una cruz gamada en el pecho) el mismo mes en que se ejecutó a Eichmann (1962) y, posteriormente, el asesinato del estudiante Raúl Alterman (1964).

Frente a este contexto, la comunidad judía dio lugar a algunas iniciativas que serían muy significativas. La más trascendente fue la realizada por la DAIA, el 28 de junio de 1962, en la que convocaba  una huelga de comercio en todo el territorio nacional contra la agresión antisemita en la Argentina. Esta se transformó, por la diversidad de sectores que adhirieron, en una defensa de la democracia Argentina, jaqueada por las acciones violentas de los antisemitas.

La Triple A (Años 70)

Sin embargo, todavía quedaban años sombríos por venir. Durante la primera mitad de los setenta el accionar de nuevas organizaciones nacionalistas de derecha- la Alianza Anticomunista Argentina, el Comando de Organización, la Concentración Nacionalista Universitaria, etc.- abrevaron en el discurso antisemita reseñado anteriormente, pero, a diferencia de las acciones desplegadas por sus antecesoras, estas llevaron al extremo las prácticas de discriminación y xenofobia atacando directamente a las instituciones y miembros de la comunidad judía: bombas, amenazas, secuestros y asesinatos que se volvieron moneda corriente.

Durante este tiempo se forjaron los antecedentes de lo que luego, de forma extendida y sistemática, sería el accionar del terrorismo de Estado. Como denunció el reconocido periodista Rodolfo Walsh en su (última) carta a la Junta Militar (24 de marzo de 1977): “Las Tres A son las tres Armas”. De este modo, quien sería asesinado y su cuerpo desaparecería ese mismo día, nos advertía sobre las lógicas de continuidad entre las prácticas del nacionalismo de derecha y las estrategias represivas desplegadas por las Fuerzas Armadas entre 1976 y 1983.

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